Soy yo, Rocío Sáez Martín, la que ha tenido el honor de recibir tu carta. Es obvio que ésta que escribo no vas a leerla, puesto que no estás, perteneciste ya a un año mucho anterior que el mío, el año 2014, pero en cierta manera no me quedaría tranquila con mi conciencia si no la escribiera. Todo lo que describes en tu carta es sobrecogedor: la situación política española, la economía, y lo que también me ha llamado la atención: la visión de las tecnologías. Hago hincapié en esto último, ya que todo ha dado un enorme giro desde entonces y casi no me lo puedo creer. No me puedo creer que la gente relacionara la tecnología con peligro y herramienta inútil, sirviendo solo para exponer al público nuestra identidad y corriendo el riesgo de que jugaran con ella. Temiendo perder la esencia del mundo "no tecnológico" del pasado. Que los gobiernos pusieran en marcha programas de espionaje que sirvieran de vigilancia, que nuestros datos estuvieran ahí, pero sólo para ser utilizados en nuestra contra.
En casa tenemos un robot. Es muy útil, puesto que puede realizar la mayoría de las funciones del hogar, las cuales creo que he oído las hacíais en otros años con numerosos aparatos electrodomésticos, o algo así. Uno para el polvo, otro para la cocina, otro para la ropa.. Pues todas estas son desempeñadas por una sola máquina, muy efectiva y de fácil costear. Por otro lado, solo utilizamos lápices para dibujar. Nuestras actividades en la escuela se hacen a través de pantallas y de manera oral, algo muy efectivo a la hora de examinarnos de nuestros conocimientos, etc. Además, no existe esa crisis de la que me hablas, todo el mundo encuentra trabajo a través de las redes, conecta desde aquí con el resto del mundo e intercambia datos a distancia. También están los que se encargan de mantener el sistema informático, que al ser algo de lo que dependemos y con lo que vivimos, es grande y necesita cuidados, ahí siempre hay un hueco de trabajo para cualquiera. A nadie se le ocurriría utilizarlo para malos fines, cada uno está satisfecho con su vida y no necesita entrometerse en ninguna otra. Y lo de la esencia.. practicamos deporte, salimos a pasear, charlamos. Que la tecnología sea parte de nuestra vida y nos facilite muchas cosas no quita que desarrollemos nuestra vida física, de contacto, junto con otras personas.
Termino esta carta diciendo que supongo que poco a poco este fenómeno se fue extendiendo, y que ha llegado un punto en el que el mundo se ha puesto de acuerdo y se ha hecho a ello. No lo sé, pero de lo que sí que estoy segura es de que no podría imaginar una sociedad de mayor bienestar.
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